Síndrome de fascia lata o “downhill runner’s syndrom”

 

La fascia lata es una estructura tendinosa que recorre la cara lateral de la rodilla. En realidad es la parte tendinosa del denominado músculo tensor de la fascia lata, que se inserta a nivel proximal en la cresta ilíaca. Este músculo se transforma de forma progresiva en la fascia lata en el tercio medio del muslo y recorre la cara lateral de la rodilla hasta su inserción en el tubérculo de Gerdy en la porción proximal y externa de la tibia.

Fascia lata identificada durante una reconstrucción ligamentosa lateral de la rodilla.

La fascia lata por su disposición y características actúa como un estabilizador lateral de la rodilla. En realidad sufre un deslizamiento anteroposterior sobre la cara lateral de la rodilla durante los movimientos de flexo extensión.

Desde un punto de vista clínico la tendinitis de fascia lata suele aparecer por una sobredemanda funcional de la rodilla. Es frecuente en corredores de fondo o ultrafondo y también por terrenos montañosos donde existen desniveles importantes. De hecho, una de las denominaciones que recibe esta tendinopatia por fricción es “downhill runner’s syndrom”.

El paciente suele explicar un dolor de aparición progresiva en la cara lateral de la rodilla durante la carrera y después de un tiempo variable. El dolor suele aumentar en intensidad y a menudo obliga al corredor a abandonar la carrera.

El paciente con síndrome de fascia lata refiere un dolor en la cara lateral de la rodilla.

Como siempre, la correcta exploración física va a ser imprescindible para llegar al diagnóstico. Deberá realizarse el diagnóstico diferencial con diferentes trastornos que pueden provocar dolor en la cara lateral de la rodilla; como una lesión meniscal externa o una lesión del ligamento lateral externo.

También será muy importante el estudio de la alineación de las extremidades del paciente en busca de potenciales deformidades ya que pueden favorecer la aparición de este síndrome. La radiología también nos ayudará en este aspecto.

Desde el punto de vista del abordaje terapéutico, deberán estudiarse todos los posibles factores anatómicos desencadenantes, ya que probablemente van a ser la clave en la resolución del problema.

No obstante, el tratamiento va a pasar por una disminución transitoria de la actividad deportiva, diferentes protocolos de fisioterapia o infiltraciones locales. El tratamiento quirúrgico de esta tendinopatía por fricción es muy poco frecuente.